La Diputación de Vizcaya espera iniciar en septiembre las obras de la variante de Ondarroa, un proyecto que está pendiente desde hace una década y que acaba de ser motivo de una queja ante la Comisión Europea por la desecación de una marisma que supondrá.El Consejo de Gobierno foral aprobó ayer la adjudicación de las obras por un importe cercano a los 1.550 millones y 16 meses de plazo, por lo que, si se cumple lo estimado, estarían terminadas a finales de 2001. El vial, de 2,7 kilómetros, obligará al derribo de varias viviendas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de junio de 2000