El presidente palestino, Yasir Arafat, rechazó ayer de plano la celebración de una nueva cumbre tripartita, en Washington el próximo 15 de julio, para acelerar el proceso de paz. Arafat alega que las distancias con los israelíes son aún abismales. La negativa supone un nuevo fracaso para la jefa de la diplomacia estadounidense, Madeleine Albright, que en menos de un mes se ha trasladado dos veces a la región.Albright fue ayer incapaz de seducir y convencer a Arafat para que aceptara reunirse dentro de dos semanas con el primer ministro israelí, Ehud Barak, para dentro de dos semanas. Sus argumentos se estrellaron ante la reputada tozudez del líder palestino, quien una y otra vez insistió en las diferencias entre ambas partes.
Arafat, en un intento de no enemistarse con el presidente Bill Clinton, admitió sin embargo la posibilidad de una reunión a finales de julio, siempre y cuando los contactos secretos que palestinos e israelíes reanudarán en EEUU a partir del 4 de julio, sirvan para acercar posturas y elaborar un principio de acuerdo. Esto permitiría su ratificación en la cumbre.
Las discrepancias a las que aludió Arafat, se evidenciaron pocas horas antes, cuando Barak recordó sus famosas "líneas rojas" para la negociación: no al retorno a las fronteras de 1967, no a la división de Jerusalén y no a un Ejército extranjero al oeste del río Jordán. Éstas chocan frontalmente con las reclamaciones palestinas: retorno a las fronteras de 1967 y, sobre todo, capitalidad palestina en Jerusalén.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de junio de 2000