El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, ha cesado al jefe de la policía nacional, el hombre al que los reformistas responsabilizan de la sangrienta represión de las protestas estudiantiles del pasado verano. La agencia oficial de noticias IRNA anunció ayer la sustitución del general Hedayat Loftián, un militar de carrera, por el general Mohamed Baquer Qalibaf, jefe de la fuerza aérea de la Guardia Revolucionaria. Jamenei, que es el comandante supremo de todas las fuerzas de seguridad, no dio una razón para este cambio. La decisión, a 10 días del aniversario de aquellos incidentes, parece parte de una política de palo y zanahoria que ya ha motivado la detención o la comparecencia ante los temidos tribunales revolucionarios de numerosos estudiantes. Las organizaciones estudiantiles están convencidas de que estas medidas pretenden rebajar las conmemoraciones por los seis días de disturbios, los peores desde la revolución islámica de 1979, que siguieron al brutal ataque de la policía y radicales conservadores contra las manifestaciones pacíficas de los estudiantes.
Mientras tanto, un tribunal ordenó ayer la detención del clérigo reformista que representa a los estudiantes que se querellaron contra la policía a raíz de aquellos incidentes y de un abogado defensor de los derechos humanos por publicar la confesión de uno de los atacantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de junio de 2000