A Tontxu Ipiña (Bilbao, 1973) le gusta definirse como "un cronista, un fotógrafo musical de lo que pasa". Es así porque la realidad que le rodea ha sido siempre su principal inspiración, aunque nunca se había implicado tanto en cuestiones sociales como en Con un canto en los dientes, un tercer elepé en el que se atreve a abordar el conflicto vasco y cuyas canciones sonarán hoy (23.00) en la sala Rock Star de Bibao.
"Estar hasta los huevos de que a última hora de una fiesta amigos míos acaben discutiendo; de que salga el tema de la política en Nochevieja, a las tres de la mañana, y que la familia acabe dando gritos; de tener amigos militando en Euskal Herritarrok, en el PP y en el PNV que enfrían su relación; de llevar 28 años viendo atentados..." Esto responde Tontxu cuando se le pregunta qué le ha llevado a escribir una canción como En medio, una pieza sobre la división que afecta al pueblo vasco que, pese a su peliaguda temática, no rompe su fama de músico blando, de autor de música un tanto ñoña. Aunque a él no parece inquietarle esa cuestión. "Sé que mis letras soy muy inocentes, no hay más que escuchar El Risk, el Trivial, el parchís, Chincharse los demás y otros textos de canciones que son blandísimos, pero que defiendo con cariño", afirma un vocalista que con 11 años se dio cuenta de que él también podía componer viendo improvisar a Moncho Borrajo y que trabajó como locutor radiofónico antes de emigrar a Madrid asesorado por Bixente Martinez (Oskorri, Hiru Truku) y abrirse un hueco en la escena capitalina actuando en locales como Libertad 8 o La Redacción.
Ésos son algunos de los pasos que ha dado Tontxu Ipiña antes de llegar a un tercer disco "más fácil de escuchar que su predecesor, con criterios más pop", en el que su responsable aprecia arreglos afros, country y folk-rock, y que ha sido bautizado Con un canto en los dientes por varias razones: "Porque vivo de la música, sigo teniendo cerca a mi familia y a mis amigos de toda la vida, y porque he tenido un accidente del que cinco médicos han dicho que estoy vivo de puto milagro... No podía ser el título de otro disco, pero de éste sí. Todo va bien, es el tercer álbum con Emi y digamos que hay cierta solidez en el Tontxu aquel que se fue a Madrid a buscarse la vida".
A buscarse la vida sin pretensiones desorbitadas, ya que entre sus aspiraciones asegura que no está el ser rico y famoso. "Me apetece mucho más pillar un cesto en Pozas con mis amigos, y con 1.000 duros lo pillas igual que con 25.000. No me atrae ni ser rico ni famoso, y después del accidente ya no te cuento", asegura el cantante aludiendo de nuevo al accidente de moto que sufrió en Cuba y que le tuvo varios días en coma, además de cuatro meses inmovilizado en casa.
La atención que recibió en la isla caribeña y las carencias que observó en los hospitales han colocado precisamente entre sus próximos objetivos la organización de un concierto benéfico en el que toda la recaudación se destinará a surtir de material sanitario a los centros cubanos. "Una de mis deudas morales es llevar allí lo que haga falta", confiesa agradecido el único vasco integrado en la última gran hornada de jóvenes cantautores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de junio de 2000