Los 8.000 invitados al desfile de moda que acaba de celebrarse en Morumbi Fashion, de São Paulo (Brasil), no perdonaron a la maravillosa modelo Fernanda Tavares, de 19 años, unos hoyitos de celulitis que lucía en sus posaderas al presentar un tanga de piel que dejaba todo a la vista. Ante el descubrimiento, los presentes continuaron indagando, con lupa, a otras modelos famosas, como Ana Claudia Michels, Mariana Weickert, Carolina Bittencourt y otras que presentaron modelos de bañadores. Resultado: ninguna de ellas escapaba en algún centímetro de su traserito a la maldición femenina de la celulitis. El hecho enfureció a las modelos y ha sido materia de picantes comentarios en los periódicos. Las más felices han sido las mujeres comunes, ese 80% que no escapa a ese tejido adiposo que se parece a la cáscara de naranja. Psicólogos y psiquiatras, como Táki Cordáz, han comentado que el hecho ha sido importante para los hombres, para que sepan que también las diosas de la moda están hechas de "carne, hueso y celulitis", como todas las mortales.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de julio de 2000