"Sniace es Torrelavega". Si lo dice su alcalde, será verdad. Javier López Marcano tiene el convencimiento de que la actividad de esa empresa genera "un dinamismo concéntrico", y cuando estaba en crisis, la ciudad también sufrió sus efectos. Ahora que la química-textil empieza a reflotar, Torrelavega revive, y el testimonio de los comerciantes, que respaldaron en su día las protestas de los trabajadores y reclamaron junto a ellos soluciones, también lo confirma.El comercio de la ciudad cántabra, que cuenta con 58.000 habitantes, ha remontado la etapa crítica, y los establecimientos que estos días tienen echado el cierre es a causa de las vacaciones. López Marcano cree que para consolidar esas buenas perspectivas, además de la fábrica, "el consejo de administración y el domicilio social de Sniace tienen que estar aquí".
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Los empleos inducidos por el funcionamiento de Sniace no se extienden sólo a la localidad donde están instalados los centros de trabajo, sino también a otras limítrofes, como prueba el acuerdo con ocho municipios para la tala y repoblación de eucaliptos que nutren la factoría.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de julio de 2000