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CARTAS AL DIRECTOR

Prosperidad e injusticia

Las estadísticas de las Naciones Unidas, las más objetivas de las que disponemos, son concluyentes, y debieran hacernos reflexionar mucho: España ha pasado, entre 1997 y 1998, de ser el país más igualitario de la Unión Europa a ser sólo el octavo, absorbiendo el 20% más rico casi toda la prosperidad de la que la UE ha gozado durante este periodo.Por supuesto, tiene que haber riqueza para que pueda repartirse; pero el PP, como los ricos en general, olvida demasiado que esa condición, necesaria, no es suficiente. Así, en un folleto oficial de la Comunidad de Madrid, que ha provocado el natural escándalo, se dice que consta de "5.000.000 de habitantes de alto nivel adquisitivo", cuando, según la poco sospechosa Cáritas, hay más del 10% de madrileños por debajo del umbral de la pobreza con menos de 44.000 pesetas mensuales, y el Ministerio de Trabajo reconoce 175.000 parados, de los que sólo 103.000 cobran subsidio, habiendo, además, 218.000 viudas que cobran 60.000 pesetas al mes, etcétera.

Una serie de circunstancias, incluida la prosperidad económica, oculta a muchos esta creciente injusticia; pero cuando lleguen las vacas flacas y muchos pierdan parte de lo poco que ahora reciben, estarán tan consolidadas las instituciones favorecedoras de la desigualdad y tan oxidados y desmovilizados los mecanismos reivindicativos, que le será muy difícil al conjunto de la sociedad encontrar un sistema de reajuste sin largos y dolorosos procedimientos, que un mejor comportamiento, más digno y ético, de gobernantes y gobernados, durante este periodo de bonanza, podría haber evitado.- Alfonso Prada Cano. Madrid.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de julio de 2000