Nació en 1952 en Almería. Apenas levantaba tres palmos del suelo cuando comenzó a juguetear con una Kodak Retinette de su madre. Manuel Falces, casado y con cuatro hijos, es hoy uno de los fotógrafos andaluces más reconocidos. Encargado en 1990 del proyecto Imagina, es director del Centro Andaluz de Fotografía, con sede en Almería, desde su creación, en 1992. Su último proyecto es un libro de fotos, con el poeta y amigo José Ángel Valente como protagonista.Pregunta. ¿No tiene miedo a ser considerado un mirón?
Respuesta. Todo fotógrafo es un mirón en potencia. Observa en la distancia y hace suya la imagen de otra persona.
P. ¿Concibe unas vacaciones sin una cámara cerca?
R. Ser fotógrafo es como ser periodista. Son profesiones ligadas a la pasión y la pasión no conoce vacaciones. Es muy difícil tener la concepción de ser un asalariado de la cámara, porque eso no es compatible con la pasión.
P. ¿Y el turista y la cámara de fotos?
R. Hoy día se usan muchísimo. Es muy fácil lograr una cámara de fotos. Eso hace que el uso de una cámara fotográfica llegue a ser mayor que incluso el que se hace de la televisión.
P. ¿Qué no fotografiaría nunca?
R. Situaciones extremas de sufrimiento en las que sabes que la foto no tiene mayor trascendencia y que se pueden contar de otro modo ajeno a la fotografía. Se me han dado algunos casos de esos. Y lo que tengo claro es que nunca haría una fotografía que supiera que puede herir a alguien.
P. ¿Fotografiaría a cualquier personaje famoso en cualquier circunstancia a cambio de importantes beneficios?
R. Es algo que no me interesa en absoluto. Pero respeto mucho a quienes se dedican a eso. Son especialistas en un sector que tiene gran demanda.
P. De no haberse tropezado con una cámara de fotos...
R. Me habría gustado ser maquinista de cine, dedicarme a poner películas. También me habría gustado escribir o ser bibliotecario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de julio de 2000