Los obreros de la fábrica de cerveza Adelshoffen de Schiltigheim, en un suburbio de Estraburgo, enterraron ayer el hacha de guerra al alcanzar un pacto con la dirección. Los huelguistas amenazaban con explosionar las bombonas de gas que alimentan la planta.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de julio de 2000