La toma de posesión de Alberto Fujimori, para su tercer mandato como presidente de Perú, prevista para mañana, va a ser un tanto deslucida. Además de la presión de calle, Fujimori no ha logrado reunir a una pléyade de jefes de Estado y primeros ministros, tal y como como en las ocasiones anteriores. Sólo dos jefes de Estado acudirán a la ceremonia, los de Ecuador y Bolivia. El Gobierno español ha decidido que su delegación la encabece el vicepresidente primero, Mariano Rajoy. Habitualmente es el príncipe de Asturias quien representa a España en este tipo de ceremonias en Latinoamérica, como ha sido el caso en las recientes tomas de posesión de Ricardo Lagos en Chile, de Fernando de la Rúa en Argentina y de Alfonso Portillo en Guatemala. Pese a todo, el vicepresidente español será uno de los invitados de más alto rango que acuda a Lima y, en cualquier caso, el más significativo de los países de la Unión Europea, prueba de la importancia de los intereses españoles en Perú.
Ayer comenzaron a llegar algunas de las delegaciones. Las dos primeras en aterrizar en el aeropuerto de Lima muestran la tendencia general. Guatemala ha enviado a su vicepresidente primero, Juan Francisco Reyes, y Malaisia a su vicecanciller, Leo Toyad.
El alcalde de Lima y ex candidato a la presidencia, Alberto Andrade, anunció ayer que no asistirá a ninguno de los actos previstos, para demostrar su rechazo a un Gobierno que considera ilegítimo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de julio de 2000