- ¿Qué es? Igual que el viajero se informa de rutas, hoteles y precios, debería hacerlo también de todo aquello que puede afectarle a su salud. A los que viajan a países exóticos o tropicales, la OMS les recomienda que tomen precauciones. El turista inexperto cree que lo más que puede ocurrirle es tener un brote de fiebre, sufrir una diarrea, o que le salgan eccemas en la piel. Pero la realidad es que en estos viajes se contrae, a veces, la hepatitis, el cólera, la rabia, el tétanos o la polio. - ¿Qué hacer? Lo primero, informarse. Luego, según el país que se visita, hay que ponerse distintas vacunas que nunca serán las mismas para todos los viajeros. La prescripción siempre es individual. Dos son, fundamentalmente, los problemas a evitar: las picaduras de mosquitos, que pueden provocar la fiebre amarilla, la malaria o el dengue; y las diarreas, que, según las circunstancias, pueden llegar a ser graves.
- Los remedios. En Sanidad Exterior (hay una delegación en cada capital de provincia) se informa exhaustivamente sobre las medidas a seguir según el país que vaya a visitarse. Es en ese momento cuando se establece un calendario de vacunación y se fijan los plazos para tomar las medicinas. Los efectos de las vacunas no son eternos... Y, a la vuelta, si aparecen síntomas extraños, hay que acudir al médico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de julio de 2000