Caetano todavía se siente mortificado por haber cantado aquí alguna letra errónea, pero eso acentúa su encanto de disco foráneo, tributo de extranjero que nos lleva de la mano a una película en blanco y negro. Fina estampa está confeccionado en estado de gracia: canciones hispanoamericanas de-toda-la-vida y alguna composición reciente (Un vestido y un amor, donde Fito Páez cuenta su enamoramiento de Cecilia Roth) recreadas en pantalla grande por los esbeltos arreglos de Jaques Morelenbaum y la voz susurrante de Caetano. Con ellos, la cursilería suena a recurso noble y la nostalgía crepuscular sirve de salvavidas en piscina profunda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de agosto de 2000