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LA OFENSIVA DE ETA

Un pueblo hecho llanto

Zumaia se convirtió ayer en un llanto casi sin límites ante el cadáver de José María Korta. Primero, en la capilla ardiente, que se abrió al público a las nueve de la mañana en el Ayuntamiento. Luego, a las 12, en la emotiva concentración multitudinaria ante el consistorio. Su viuda, Marian Zearreta, no se trasladó hasta la capilla. Prefirió la intimidad de su casa, alejada de las cámaras y del desfile de políticos.Korta no estuvo solo. Su pueblo demostró que de verdad le quiso en vida. Los familiares del empresario recibieron el apoyo de miles de personas y políticos que se acercaron a despedirle al salón de plenos, como el secretario general del PSE, Nicolas Redondo Terreros.

También las patronales respondieron como una piña, con su presencia, a la embestida de ETA: el presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas; el de la Confebask, Román Knörr; el secretario general de Adegi, José María Ruiz Urchegui, y los líderes de la patronal vizcaína, José María Vázquez Eguskiza, y la alavesa, José Zurita.

Todos participaron en la concentración celebrada a mediodía junto al lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, amigos personales del asesinado. También estuvieron la presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti; la parlamentaria socialista Gema Zabaleta, y el portavoz del PNV, Joseba Egibar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de agosto de 2000