Dusty

Dicen que era un ser infeliz, dubitativo, atormentado. Había triunfado en The Springfields, un trío nominalmente folk, pero en 1964 se reconvirtió en dramática cantante pop. Tuvo éxito, pero sufrió todas las incertidumbres: educada en un convento, no se adaptaba al clima liberado de los sesenta; artista con ambiciones, era relegada al circuito de las salas de fiestas, bisutería y permanentes imposibles. Construyó monumentos a la pasión con doloridas canciones de Burt Bacharach, Carole King, Pino Donaggio, Ivor Raymonde o Clive Westlake, aparte de probar la vía soul con Dusty in Memphis. Luego, mucho silencio hasta finales de los ochenta, cuando ya era icono del movimiento lesbiano y funcionó la solidaridad gay: fue felizmente relanzada en clave electrónica por los Pet Shop Boys. Esta rotunda recopilación junta 24 temas que rebosan escalofríos y emoción; se editó en 1998, el año antes de su muerte.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de agosto de 2000