La moneda única vivió ayer un respiro tras la caída estrepitosa del miércoles, que la arrastró a mínimos frente al dólar. El Banco Central Europeo fijó ayer el cambio oficial en 0,9031 dólares, por encima de la barrera psicológica de los 0,90, aunque a lo largo de la jornada registró valores algo mayores en diferentes mercados europeos. Una recuperación ligera tras la jornada negra en la que la divisa europea se situó en 0,8973 dólares, el nivel más bajo desde los mínimos de mayo.A pesar de esta tibia mejora, el Banco Central Europeo recordó ayer que el peligro de una moneda débil está lejos de estar superado: "Los riesgos que pesan sobre la estabilidad de los precios a medio plazo continúan orientados al alza", indicó este organismo en su boletín mensual de agosto, publicado ayer. El texto añade que la subida de los precios del petróleo y la depreciación del euro podrían provocar que los precios evolucionaran "un poco más rápido de lo previsto" en los próximos meses.
Precisamente los datos de la inflación en Alemania durante el mes de julio, conocidos ayer, corroboran este temor. El índice de precios al consumo aumentó un 0,5% con respecto a junio. La inflación interanual se colocó en el 1,9%, el mismo porcentaje que en el mes anterior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de agosto de 2000