Los dirigentes de Izquierda Unida están comprobando que al horror de los atentados de ETA se suman, desde su punto de vista, factores políticos muy negativos. El primero es que el Gobierno no está contando con IU -que se sigue proclamando como la tercera fuerza política de España- en los análisis de la situación y en los intercambios de información. Lo hace sólo con el PSOE, y eso a la formación que lidera Julio Anguita le parece un grave error. Los dirigentes de la coalición parten de la idea de que la lucha policial contra ETA no basta, por lo que entienden que lo prioritario es desbloquear la relación entre el PP y el PNV. Y para lograrlo, ofrecen su ayuda.El segundo factor preocupante para IU, que es en parte consecuencia de esa falta de comunicación entre el Ejecutivo y la cúpula de IU, es que no se está aplicando ni una sola de las propuestas que IU ha venido desgranando en los últimos meses para resolver este asunto. Por eso ahora, y tras el agravamiento de la situación, IU exige al Gobierno que inicie una ronda de contactos con todos los partidos representados en el Congreso de los Diputados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de agosto de 2000