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CARTAS AL DIRECTOR

La otra cara del Caribe

Hace casi un año, Michael Gayle, un hombre de 26 años que sufría graves problemas mentales se acercó a una barrera de seguridad que había establecido la policía en Kingston, Jamaica. Minutos más tarde, Gayle era golpeado hasta tal extremo que murió dos días más tarde.Hasta la fecha, ningún oficial ha sido acusado por esta muerte, a pesar de las investigaciones. El hecho no es algo singular, sino que forma parte de una conducta más general de la policía y el ejército jamaicanos. En algunas ocasiones el desenlace de estos malos tratos es la muerte.

Amnistía Internacional cree que este incidente es un ejemplo del injustificable uso de la fuerza por las fuerzas de seguridad jamaicanas. Entre 1995 y 1999, la policía ha sido responsable de la muerte de 754 ciudadanos, muchas veces en circunstancias poco claras. Si el tan criticado departamento de policía de Nueva York mató a una persona por cada 358 oficiales de policía, en el mismo año, la policía jamaicana mató a una persona por cada 45 oficiales, ocho veces más.

Amnistía Internacional urge a las autoridades jamaicanas a llevar a cabo una investigación profunda e imparcial que aclare los hechos y a trabajar seriamente en la preparación de oficiales de policía y miembros del ejército según unos estándares básicos internacionales sobre derechos humanos. Asimismo a dar clara cuenta de abusos y exigir responsabilidades por ellos.- Jesús María García. Amnistía Internacional. Vitoria.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de agosto de 2000