Estas líneas son para agradecer la valentía y determinación del juez Baltasar Garzón y de todos los españoles que lo acompañaron en su cruzada contra Augusto Pinochet. No soy chilena, sí argentina. Espero que este tremendo paso hacia adelante que es la decisión del Tribunal Supremo de Chile, iniciado y posibilitado por el juez Garzón, signifique logros mayores en la defensa de los derechos humanos. Espero que de una vez y para siempre, los que siempre se han creído dueños de una única verdad recapaciten y comprendan que pensar diferentemente hace la democracia y enriquece el diálogo, no destruye vidas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de agosto de 2000