El denominado pino de la estación es una referencia en Ayamonte, localidad onubense de 17.000 habitantes. Se trata de un árbol centenario, ubicado en la avenida de Cayetano Feu, en la entrada al pueblo. Un árbol con anécdota: llegó a estar plantado en medio de la carretera y, en su día, obligó a un cambio de trazado de esa vía.Este pino era el lugar de cita para quienes se disponían a emprender un viaje en tren, era el árbol que se iluminaba en Navidad y fue el soporte de las pancartas en las primeras elecciones de la democracia. Desde ese árbol, Adolfo Suárez comunicó a los ayamontinos que podía prometer y prometía y Felipe González anunció el cambio.
El pino ha sido testigo mudo de muchas cosas. Es anterior a la construcción de la estación de ferrocarril de Ayamonte, por lo que presenció cómo llegaban a la localidad los primeros trenes y cómo, en los años ochenta, se suspendía el servicio. Aquella vieja estación se rehabilitó finalmente para convertirla en terminal de autobuses.
Pero en la década de los setenta, el trazado que se hizo de la carretera de acceso a Ayamonte coincidía con el lugar en el que se encuentra el pino. Se produjo entonces un intenso debate entre los vecinos de la localidad: cortarlo o mantenerlo en medio de la vía. Se determinó dejarlo. Pero constituía un serio peligro para la circulación de los vehículos. Entonces se modificó el trazado de la carretera y el pino, majestuoso, quedó en un jardín al margen de la travesía.
Junto al pino está la primera fuente en la que bebieron agua corriente los ayamontinos. Hubo en su entorno naves de empresas, la mayoría de conservas, una de las principales riquezas económicas de Ayamonte. Pero ahora hay allí edificios de viviendas.
El viejo pino ha contemplado también el paso de varias generaciones de ayamontinos que, en diversas circunstancias, se han cobijado a su sombra. Ahora permanece junto a la carretera, sin ser ningún peligro para los vehículos y erigido en un auténtico monumento vivo de la localidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de agosto de 2000