La ciudad portuaria de Múrmansk mantiene unas relaciones difíciles con la Flota del Norte. A las bases navales, las instalaciones terrestres y los vertidos nucleares se suma la cercanía de las ciudades cerradas del Ejército. Múrmansk se ocupa de "desbloquear créditos para ayudar a estas ciudades cerradas, de proveerlas de alimentos y calefacción. A cambio, la Flota del Norte debería comprender que en nuestra región viven más de un millón de habitantes que están preocupados por la suerte de los marinos", protestan fuentes de la Administración de la península de Kola.Las informaciones lacónicas y a menudo contradictorias del Estado Mayor, así como las trabas impuestas a la labor de los informadores refuerzan la exasperación y la inquietud de la ciudad. En la estación de Múrmansk, los minibuses de la Marina aguardan a las familias de los marinos para conducirlas a las ciudades cerradas. Allí, la televisión local graba a la esposa de un oficial del Kursk: "Esperamos que toda la tripulación esté viva. Nos dicen que tienen oxígeno, alimentos y ropa de abrigo, así que esperamos".
Los periódicos locales, como el Poliarnaia Pravda, se hacen preguntas sin respuesta: "¿Por qué no se han publicado los nombres de la dotación?, ¿por qué no se aceptó la ayuda extranjera desde el principio?".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de agosto de 2000