El pasado 31 de julio acudí a la oficina de Correos de un popular y poblado barrio de Badajoz, San Roque, con la intención, ¡iluso de mí!, de comprar unos sellos. La cola que había formada no tenía piedad con los cerca de 40º que en ese momento marcaban algunos relojes.Tras más de media hora, decidí volver al día siguiente. Más de lo mismo. El día 3, por fin, y tras sólo 15 minutos de espera, me tocó el turno. ¡Sorpresa! Correos no podía venderme sellos. Según la señorita, no tenían en ese momento.
El servicio que presta Correos en Badajoz es deficiente. Telegramas entregados tres o cuatro días después del evento. Invitaciones de boda que no llegan a tiempo...-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de agosto de 2000