No hay duda de que Jorge Drexler (Montevideo, 1964) está pasando por un momento dulce. Su último disco, Frontera, editado a finales de 1999, ha supuesto un punto y aparte en su trayectoria y ha sido recibido de manera entusiasta por la crítica como un trabajo de madurez. En la canción que da título al álbum, dice: "Yo no sé de dónde soy / Mi casa está en la frontera / Y las fronteras se mueven / Como las banderas". Unas palabras que se pueden aplicar tanto a su biografía como a la concepción musical que se vislumbra en el disco.Joaquín Sabina le descubrió hace cinco años en Uruguay, cuando se lo pusieron, un buen día, de telonero. Desde entonces, Jorge Drexler vive a caballo entre su ciudad natal y Madrid. Una duplicidad de escenarios que ha acabado haciendo mella en sus composiciones. Frontera es un álbum grabado a medias entre España y Uruguay, en el que además de recuperar parte del folclore más arcaico de su tierra -el candombe, la murga, la zamba y la milonga-, el músico ha añadido toques electrónicos -a base de drum'n'bass, jungle y house-. Se trata, como ha dicho en alguna ocasión, de "relacionar la piel con el microchip".
Aunque ya ha presentado el álbum en Cataluña, Jorge Drexler ha sido invitado a subir hoy al escenario de Lasal (Playa de Sant Simó, s/n, Mataró). Lo hará a partir de las 22 horas, en un concierto con entrada libre y en el que actuará en solitario, acentuando aún más el carácter intimista de sus canciones, para las que el ingrediente techno ha supuesto un auténtico revulsivo.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de agosto de 2000