Mudanza o desahucio. El rey de la calle espera tranquilo, bajo el sol, cabizbajo y cansado. No se sabe si se va, le echan o se queda. El rey medita. Ni cortejo ni corona. Un trono de un quintal de madera recia para descansar o echárselo a la espalda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de agosto de 2000