Por segundo año consecutivo he intentado conseguir una plaza en un curso de natación con monitor en el polideportivo municipal San Pablo, de Sevilala, para mi hijo de tres años.Estuve a las seis de la mañana en la cola de la ventanilla, a la que no pude llegar, porque las pocas plazas que quedaban las consiguieron las personas que pasaron toda la noche allí, y que lógicamente estaban por delante de mí.
Tenemos un estadio olímpico que nos ha costado miles de millones y al que aún no han encontrado utilidad y, sin embargo, no hay suficientes piscinas públicas para que nuestros hijos aprendan a nadar.
Es evidente que nuestros políticos tienen más delirios de grandeza que preocupación por los ciudadanos.- María Dolores Ruiz Pizarro. Sevilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de agosto de 2000