La alcaldesa en funciones, María Tardón, asegura que la decisión de cerrar o no al tráfico la Casa de Campo no tiene nada que ver con las 800 mujeres que allí ejercen la prostitución. "Creo que relacionar el cierre al tráfico de la Casa de Campo con la prostitución es un planteamiento maniqueo, ligero. Un planteamiento que a mí, como mujer, me rasca un poco", afirma."La Casa de Campo se cerrará a los coches sólo si la ciudad no se resiente desde el punto de vista de la circulación", dice. El Ayuntamiento tendrá una especie de test de qué pasaría si se cerrara este parque -al menos durante gran parte de la jornada- durante el Día sin Coches que se celebrará el próximo 22 de septiembre.
"A veces se habla de trasladar a estas mujeres, pero eso es verlas como si fuesen personas sin derechos", añade.
"Otra cosa es que, al pairo de la prostitución, se lleven a cabo delitos como el tráfico de drogas a pequeña escala, robos por el típico descuidero o sirlero, o comportamientos incívicos como puede ser salirse a las cunetas con los coches y acabar con zonas de repoblación medioambiental. Eso sí hay que castigarlo", explica. Tardón destaca que la policía debe vigilar "los comportamientos [de las prostitutas con sus clientes] porque son más nocivos, alteran más la convivencia, sobre todo en las inmediaciones del lago, del Zoo, del Parque de Atracciones...". "Allí entran en conflicto los intereses de las personas que están tranquilamente y los de los clientes", asegura.
"La presencia policial supone estar cerca de un colectivo que, en una gran parte, está ahí contra su voluntad; no es fácil que estas mujeres confíen en las instituciones para salir de las redes, porque reciben amenazas y extorsiones, tanto ellas como sus familias", admitió.
Acerca del Día sin Coches, Tardón comenta: "En Europa hay un informe que dice que el 60% de los viajes urbanos en coche son de distancias muy cortas. Lo que se pretende con ese día es mentalizar a la gente de que tenemos que cambiar nuestros hábitos de movilidad, que tenemos que viajar en transporte público y que cuando estamos a 500 metros del lugar de destino, ¡demonios!, vayamos a pie".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de agosto de 2000