- Hay personas que añoran volver de las vacaciones porque si no trabajan se aburren; son los adictos al trabajo. Sin embargo, la mayoría de la gente daría cualquier cosa por retrasar su regreso. O, sencillamente, no volverían. Pues bien, entre uno y otro extremo se esconden los conflictos. Averiguar en dónde se hallan, por qué ocurren, y si tienen solución, son tres de las claves para reemprender la actividad laboral sin traumas ni angustias. Y es que la depresión posvacacional está a la orden del día. - ¿Qué hacer? Para que la vuelta al trabajo no resulte traumática debe aceptarse, y entenderse, la realidad que ha de afrontarse. Cualquier adulto sabe que su incorporación a la actividad laboral es necesaria. ¿Razones? Muchas. Pero siempre debe hacerse hincapié en las más positivas. De esa forma se refuerza la actitud ante la vuelta.
- Los remedios. Gracias al trabajo, puede pensarse, se obtienen muchas cosas buenas; y, en general, se vive mejor. Lo peor es cuando la situación laboral es conflictiva; en ese caso, lo primero es averiguar por qué existe el conflicto. La depresión, si existe, no se produce por tener que volver al trabajo, sino por una cuestión más profunda que hay que resolver. Asimismo, unos días de adaptación son siempre necesarios. Y un problema añadido es cuando se dejan las soluciones para mañana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de agosto de 2000