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El euro se hunde a su mínimo histórico tras elevar el BCE los tipos de interés al 4,5%

EL PELIGRO DE INFLACIÓN EN EUROPA. El Banco Central Europeo (BCE), responsable del control de los precios en la zona euro, decidió ayer subir los tipos de interés 0,25 puntos, hasta el 4,5%, la sexta subida de los últimos diez meses. La autoridad monetaria tomó esta decisión porque los precios han acelerado su descontrol en Europa en los últimos meses, entre otros factores por el elevado precio del petróleo y la debilidad del euro, que encarece la factura energética. La decisión de subir los tipos, que los expertos consideran que no será la última este año, abre las puertas a una época de dinero más caro, con la consiguiente repersución sobre los bolsillos de los ciudadanos que pagan hipotecas.

Motivos de preocupación

El guardián de la política monetaria en Europa ha elegido la prudencia y el euro se ha ido a pique. Quizá se trate de una coincidencia, pero justo cuando el Banco Central Europeo (BCE) anunciaba ayer una subida de tipos de interés de 0,25 puntos, hasta el 4,5%, para frenar la inflación, la divisa europea comenzó a caer en el mercado. Tanto, que alcanzó su mínimo histórico (0,8840 dólares). "Mientras las diferencias de crecimiento entre Europa y EE UU no se acorten, el euro seguirá débil", indica Alexander Mollerus, analista en ABN-Amro. Se extiende la teoría de que, haga lo que haga el BCE, a la moneda europea sólo le queda esperar a que la economía estadounidense frene su fortalecimiento.El alza de tipos de ayer, de 0,25 puntos porcentuales, debería ayudar a levantar una barrera más alta contra la inflación en la zona euro. Se trata de la sexta subida en la corta historia del BCE. "Todos la esperábamos", asegura Paul Donovan, analista de UBS Warburg. "Ha sido excesivamente cauto", a juicio del BSCH. No se descartaba una intervención más agresiva, de 0,50 puntos, pero ante la incertidumbre sobre qué efectos tendrá una política monetaria más restrictiva sobre el crecimiento europeo, el BCE ha optado por ir paso a paso y esperar a ver qué sucede.

Impacto sobre el crecimiento

La reacción del euro fue más extraña. La moneda nunca se había cotizado tan barata en los mercados desde su estreno en enero de 1999. Ni siquiera en sus peores momentos, cuando se cambió por 0,8846 dólares en mayo. El cambio oficial se fijó ayer en 0,8906.

"La máxima preocupación del BCE ahora va a ser el euro", señala José Luis Alzola, de Schroeder Salomon Smith Barney. Este analista, que sigue la pista a todos y cada uno de los movimientos de la autoridad monetaria, pronostica que el euro seguirá en esta línea.Paradójicamente, la zona euro ha vivido este año una eclosión exportadora gracias a la debilidad de su divisa. Las ventas en el exterior son el principal estímulo para el crecimiento en Europa, con tasas del 3% y 4%. Pero la caída del euro ha disparado la inflación. Con el petróleo por las nubes -un 30% más caro que en enero- y el euro exhausto -se ha depreciado un 25% desde su debú-, los precios amenazan con subir más. Mollerus advierte, no obstante, que "el crudo y el euro aún no han afectado al corazón de la inflación".

La inflación se situó en julio en el 2,4%. La misión del BCE es manipular los tipos para que se cumpla el objetivo del 2% para este año. Pero un 0,5% de la tasa se debe al petróleo -factor incontrolable-, el crudo se compra en dólares y el euro vale menos que nunca. En Fráncfort, sede del BCE, temen que a largo plazo estos elementos traspasen la capa de la inflación subyacente (que excluye alimentos y energía), que por ahora está a salvo. "Esto es lo que les preocupa, y que el traslado sea tan repentino como nadie pensaba hace seis meses", afirma Alzola. De ocurrir, los consumidores empezarían a notar de verdad los efectos del alza de los precios.

Las dudas no sólo recaen sobre el impacto de la política del BCE sobre el euro. El futuro crecimiento de las economías europeas también está en juego. "Las condiciones en materia de crecimiento económico en la zona euro son muy favorables", aseguraba ayer el BCE en su comunicado. Pero qué efecto causará esta subida de tipos a economías en despegue que crecen a un ritmo entre un 3% y un 4%. El dilema es cuán rápido se puede crecer sin presiones inflacionistas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de septiembre de 2000

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