El Comité Olímpico Internaional no dispone de unas reglas escritas de cómo debe de ser la sede perfecta, pero sus decisiones apuntan a determinadas preferencias. Se valoran las ciudades que tienen entre cuatro y cinco millones de habitantes y que son capaces de asumir sin grandes dificultades la presencia durante un mes de 700.000 habitantes más. Su capacidad hotelera debe ser de al menos 42.000 camas -Madrid tiene ahora 40.000- y contar con unas buenas comunicaciones.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de septiembre de 2000