En los mercados financieros se contempla con bastante desconcierto la perversa evolución del binomio formado por el petróleo y el euro, que parece anticipar una inflación galopante para los países menos preparados.Alemania publicó ayer su dato de inflación para agosto, con el 1,8% en tasa interanual, una décima menos que en los dos meses anteriores, a pesar del incremento en el precio de los carburantes, mientras que en España se prepara una revisión al alza de los objetivos anuales, que se espera supere con creces el 3%.
La respuesta de los mercados de valores europeos ante esta situación es todo lo confusa que puede esperarse, aunque en la zona euro se produjo una recuperación general a lo largo de la tarde coincidiendo con un discreto repunte del euro hasta los 0,8730 dólares. Por la mañana, la moneda europea cayó hasta 0,8637 dólares -192,60 pesetas por dólar- y el cambio oficial del BCE fue de 0,8676, nuevo mínimo histórico, con una depreciación del 25,63% desde que se fijó su precio oficial en diciembre de 1998.
La contratación en el mercado continuo mejoró ligeramente, con 279.721 millones de pesetas (1.681,16 millones de euros), mientras que la rentabilidad de la deuda a 10 años subía hasta el 5,55%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de septiembre de 2000