Los negocios de la mafia en el sector de la construcción en Nueva York han recibido un duro golpe al ser inculpadas 38 personas y 11 compañías por fraude, soborno y desvío ilegal de millones de dólares, entre otros cargos, según informó la fiscalía de Manhattan el miércoles. Con esta acusación por un gran jurado termina una investigación de tres años sobre el denominado The Lucchese Construction Group, que ha puesto de relieve la profunda influencia del crimen organizado en el sector de la construcción neoyorquino y la implicación en sus actividades de sindicatos y promotores privados.
El fiscal del distrito de Manhattan, Robert Morgenthau, y el comisionado del Departamento de Policía, Bernard Kerik, informaron el miércoles de que el clan de los Lucchese utilizó de forma ilegal trabajadores no sindicados en proyectos de construcción públicos y privados, a los que pagaban salarios inferiores a los establecidos por la ley.
Sin embargo, las compañías dependientes del grupo presentaban al cobro facturas por cantidades muy superiores, como si éstas actuaran de acuerdo a las normas establecidas. La diferencia entre las cantidades recibidas y las realmente pagadas por la realización de los trabajos era utilizada para sobornar y pagar comisiones a funcionarios corruptos, para que no denunciaran las irregularidades y permitieran a las constructoras seguir adelante con los proyectos
El clan mafioso también incluía en las plantillas de trabajadores a miembros de la familia Lucchese, para dar cobertura a los ingresos ilegales que obtenían y dotarles de planes de asistencia médica y otros beneficios asociados a la condición de empleados. "Durante generaciones, el crimen organizado ha metido sus tentáculos, profundamente, en el ámbito económico y social de la ciudad de Nueva York. A pesar de los éxitos conseguidos por las fuerzas de seguridad en los últimos años, las inculpaciones de hoy demuestran que la lucha está lejos de haber terminado", declaró Morgenthau.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de septiembre de 2000