Los docentes italianos son de los peores pagados de la Unión Europea. Un profesor de enseñanza media percibe al mes 1,91 millones de liras (menos de 165.000 pesetas), y al final de su carrera docente apenas lo incrementa en un millón de liras adicional (86.000 pesetas). Su homólogo alemán cobra unas 280.000 pesetas, cantidad que puede pasar de las 385.000 al acabar su carrera. Son "sueldos de hambre", según los ha calificado el ministro de Educación italiano, Tullio de Mauro, al anunciar que los Presupuestos de 2001 incluirán una partida extraordinaria para incrementar lo que cobran los 850.000 profesores italianos.El ministro no ha querido precisar de cuánto va a ser la subida, porque entiende que eso corresponde decidirlo al Ministerio de Hacienda. Todos los partidos parlamentarios han manifestado que están de acuerdo con la iniciativa.
El titular de Educación ha dicho que, además de esta subida de sueldo, habrá una reforma legal para establecer una verdadera carrera docente, de la misma manera que existe para otros funcionarios. En ella no se tendrá en cuenta únicamente la antigüedad, sino que también se considerarán las publicaciones de ensayos, la dificultad del destino o la disponibilidad para cambiar de ciudad o colegio, para lo que se establecerá una comisión de evaluación del profesorado.
También está previsto que aquellos estudiantes que no quieran cumplir con el periodo de escolarización obligatoria (hasta los 18 años) se inscriban en centros de formación profesional o trabajen con contratos de aprendizaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de septiembre de 2000