Manuel Agramunt, ex director general de Comercio y secretario de Unión Gremial en los últimos años ha sido amistosamente licenciado del cargo debido -por lo que se ha dicho- al fracaso del proyecto informático que alentó, denominado Infotienda. No ha interesado al pequeño comercio y la operación se ha saldado con una cifra no precisada, pero de muchos millones. Este fracaso, unido a su discrepancia pública con el decreto regulador de los horarios comerciales, ha determinado su desventura. De nada le ha servido la espectacular expansión conseguida en la entidad gestionada ni sus muchos otros servicios. Alguien había de pagar los platos rotos. Pero resulta obvio que no es el único culpable del error y no se ocultan las responsabilidades de quienes han asistido calladamente al desenlace. ¿O es que acaso la junta directiva de los agremiados no estaba al corriente de las inversiones y conocía el infortunado desarrollo del proyecto? Alguna ingratitud ya se percibe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de septiembre de 2000