Para ser un movimiento anunciado como meramente rutinario, la compra de euros con los intereses obtenidos con sus reservas de divisas por parte del Banco Central Europeo ha causado gran agitación. Con el euro cambiándose a continuos mínimos frente al dólar, nadie podía pensar en broma que aquello era técnicamente una intervención. Wim Duisenberg, presidente del Banco Central Europeo, admitió que la actuación tuvo un aspecto "técnico" y no hizo esfuerzos por ocultar su satisfacción por la reacción de los mercados de divisas. (...) Al comprar una pequeña cantidad de euros y disfrazarla de movimiento técnico, el BCE ha podido probar la reacción del mercado sin arriesgarse a la pérdida de credibilidad que hubiera causado una intervención fallida. (...) Tras sentarse este precedente, los operadores deben esperar mayores intervenciones. Si no es así, el euro puede hundirse aún más. (...) Casi de forma universal, se reconoce que el euro está infravalorado en los mercados, y si se produjera una intervención cambiaría la tendencia actual de la moneda europea. (...) El Banco Central Europeo tiene gran cantidad de reservas, (...) y en la zona euro hay más reservas de moneda de las que está justificado disponer desde un punto de vista económico, por lo que fácilmente podrían ser utilizadas en parte en el caso de realizar una intervención. Pero existen dudas en el BCE de tomar la decisión de intervenir sin contar con el apoyo de Estados Unidos y Japón. Los acuerdos multilaterales han demostrado ser más efectivos que los realizados de forma unilateral. (...)Londres, 15 de septiembre
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de septiembre de 2000