El Gobierno de Argentina ordenó ayer una "profunda investigación" para determinar si los acusados del asesinato del vicepresidente de Paraguay Luis María Argaña contaron con complicidad interna para huir ayer de la sede de la Policía Federal, uno de los edificios más vigilados del centro de Buenos Aires. El asesinato, cometido el 23 de marzo de 1999 en Asunción, provocó una crisis institucional en Paraguay.La huida de los paraguayos Fidencio Vega Barrios y Luis Alberto Rojas, sobre quienes pesa una petición de extradición de la Justicia de Paraguay, y del argentino Agustín Cabrera, implicado en el caso, fue como "un balde agua fría" para las autoridades argentinas, según la expresión de un funcionario gubernamental.
Por otra parte, dos policías de la Brigada Criminal de la Sureté francesa interrogarán hoy en México al ex militar argentino Ricardo Miguel Cavallo, cuya extradición promueve el magistrado español Baltasar Garzón con cargos de genocidio, terrorismo y torturas. Los agentes pretenden averiguar si Cavallo participó en el secuestro y desaparición de las monjas Leonie Duquet y Alicia Domon durante la dictadura argentina (1976-1983).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de septiembre de 2000