Queremos expresar la indignación de muchas familias que ven cómo sus hijos, después de realizar estudios universitarios, masters y demás cursos de especialización, están siendo explotados con contratos basura, léase en prácticas, trabajando más de ocho horas diarias y desempeñando tareas de responsabilidad, ganando al mes el 60% del sueldo base, es decir, 60.000 pesetas netas. ¿Dónde están los sindicatos que se llaman defensores de los trabajadores? ¿Así es como progresa España? ¿Hasta cuándo tienen que estar nuestros hijos dependiendo de nosotros? Esperamos que esta carta sirva para que se reflexione y se ponga punto final a esta explotación descarada.- Nieves García, Pilar Carretero y Ana María Arbós.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de septiembre de 2000