Pese al retraso en la apertura de la temporada, debido a la remodelación de los sistemas eléctricos y del aire acondicionado, el teatro Olympia vuelve a anticiparse a la programación de las salas de titularidad pública con el estreno, esta noche, de Arcipreste, una adaptación de El Corbacho de Martínez de Toledo, realizada por Alberto Miralles con Rafael Alvarez, El Brujo.Más allá de la presencia inaugural de un espectáculo protagonizado por un actor de tanto carisma como El Brujo, los ejes de la programación de otoño del Olympia, una de las pocas salas valencianas de titularidad privada que figura en el ránking de los teatros de mayor éxito en la Península, se asienta curiosamente sobre el regreso al origen teatral de dos grandes éxitos cinematográficos. Se trata de las comedias Sé infiel y no mires con quien, de Cooney y Chapman, de la que Fernando Trueba o Fernando Colomo, o los dos al tiempo, hicieron una versión española para el cine, y de La tentación vive arriba, un libreto del gran guionista George Axelrod, con el que Billy Wilder haría una de sus más ácidas películas en compañía de Marilyn Monroe
Arcipreste promete ser uno de esos espectáculos donde el histrionismo feliz de El Brujo, quien produce, interpreta y dirige la obra, brilla en todo su esplendor. Basada en un texto de mediados del XV, el monólogo consiste en un enloquecido sermón, casi surrealista, de un arcipreste que advierte sobre la multitud de pecados en que los feligreses pueden incurrir mientras se deja llevar por la fascinación de los riesgos que denuncia. Estará en cartel hasta el 1 de octubre. El relevo lo tomará (del 4 al 22 de octubre) una nueva versión de la rocosa Los árboles mueren de pie, una de las más convencidas obras de Alejandro Casona, con Amparo Ribelles y Víctor Valverde dirigidos por Gerardo Malla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de septiembre de 2000