Los reproches del portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Jon Imaz, incluyeron ayer también las críticas que ha recibido la Ertzaintza por su intervención en la movilización ciudadana contra ETA celebrada el pasado viernes en San Sebastián, cuando los agentes de la policía vasca permitieron durante cuatro horas que los asistentes a una manifestación convocada en protesta por las detenciones de miembros del colectivo Ekin, acusados de colaborar con ETA, insultaran y amenazaran a centenares de personas que protestaban por el intanto de asesinato del ex consejero vasco José Ramón Recalde.En su criterio, tras esas diatribas hay un interés político y forman parte de una campaña orquestada contra el nacionalismo. Imaz defendió la actuación de la Ertzaintza y mostró su enfado porque, dijo, mientras el Gobierno vasco ofrece "lealtad y apoyo" a las Fuerzas de Seguridad del Estado, la Ertzaintza "siempre" es "objeto de polémicas con un claro trasfondo político".
El portavoz argumentó que comparte con los manifestantes su rechazo de la violencia, pero advirtió de que no puede saltarse la legalidad y permitir una concentración sin autorización. En esta línea, reprochó a los políticos e intelectuales que reclaman la dimisión del consejero del Interior, Javier Balza, que apuesten por tomar la calle y propiciar así un enfrentamiento civil con los radicales como mejor contribución a la paz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de septiembre de 2000