Una campana en el suelo viene a ser como un pez fuera del agua. El descenso, ayer, de las cinco campanas de la iglesia de San Miguel de Vitoria está motivado por los trabajos de reparación y conservación, que financiará la Caja Vital. En la imagen, las dos campanas mayores en el atrio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de septiembre de 2000