El pasado sábado, día 7 de octubre de 2000, se clausuró en Chillida-Leku el IV Congreso Internacional de Ontología centrado en el tema Filosofía en la era cuántica (homenaje a John Bell). Este congreso fue patrocinado por la Unesco y respondía a una estrecha cooperación entre las universidades del País Vasco, Autónoma de Barcelona y Complutense de Madrid. Científicos, filósofos y artistas de múltiples países se proponían mostrar que la ruptura, de facto, entre la filosofía y la ciencia puede ser superada, y ello como resultado de la interrogación de los propios artistas y científicos.El congreso duró casi un semana entera y cerró su primer ciclo en la ciudad de Madrid con la conferencia del premio Nobel de Física Willis Lamb. Coincidiendo con la sesión de clausura (el evocado homenaje a John Bell), en Chillida-Leku fue ocasión de que Eduardo Chillida fuera investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.
Los organizadores de este congreso entendían que esta tarea común entre universidades de lugares, en ocasiones, tan artificialmente desvinculados, sería una ocasión de reivindicar esa cristalización de la razón común que en todo tiempo y en todo país ha de representar la universidad.
Hemos constatado que en la forma en que su periódico ha dado cuenta del acto de clausura se ha ignorado (salvo alusiones diseminadas en el contexto) que se trataba de una ceremonia coorganizada por la Universidad del País Vasco y la Universidad Autónoma de Barcelona, además de la Universidad Complutense de Madrid (en la que ciertamente recaía en exclusiva el doctorado honoris causa). Se ha ignorado que tal ceremonia tenía lugar en el País Vasco, no por azar, sino por vinculación al mismo (desde su origen) del Congreso Internacional de Ontología. Se ha soslayado, en consecuencia, que la presencia en el acto de la consejera de Cultura del Gobierno Vasco y del señor rector de la Universidad del País Vasco constituían hechos significativos, como significativa era, desde luego, la presencia de Mary Bell, viuda de quien ha sido calificado (concretamente por Henry Stapp) como autor de uno de los descubrimientos más profundos de la historia de la ciencia.
El homenaje de la Universidad Complutense de Madrid a alguien que (por su trabajo admirable a lo largo de muchos decenios) está más allá de reconocimientos meramente formales se inscribía en el marco de una cooperación inter-universitaria (entre Barcelona, Madrid y San Sebastián) patrocinada por la Unesco. Recordarlo no hubiera, en absoluto, disminuido la dignidad de la ceremonia.- . Comité Organizador del IV Congreso Internacional de Ontología.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de octubre de 2000