Al menos 60 invitados a la comida de clausura del congreso sobre la obra social de las cajas de ahorros celebrado la pasada semana en Valencia resultaron intoxicados al ingerir un alimento en mal estado. Según informó ayer la cadena SER, al almuerzo de cierre de las jornadas acudieron alrededor de 80 personas entre conferenciantes, invitados y acompañantes. La comida se celebró en el claustro de la Universidad de Valencia y en principio, todo transcurrió con normalidad. Las jornadas habían sido organizadas por la Escuela Superior de Cajas de Ahorro, dependiente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro.Pocas horas después, la mayoría de los comensales empezó a sentirse mal. Los afectados residentes en Valencia acudieron a los centros hospitalarios de la Salud, la Fe y el Clínico. Algunos de ellos tuvieron que ser ingresados a causa de la intoxicación que parece tener su origen en el pollo o gallina confitada de uno de los platos que componían el menú que se sirvió a los asistentes.
Otros invitados al acto de clausura se sintieron indispuestos cuando ya se encontraban de regreso a sus respectivos lugares de residencia. Por tanto, los afectados por la intoxicación alimenticia fueron atendidos en otros hospitales de Benidorm, Cuenca, Barcelona, Puerto Lumbreras o Granada.
Aunque todavía no se ha podido precisar el total de afectados por ingerir un alimento en malas condiciones, algunos de los invitados que participaron en la comida aseguran que la cifra podría rondar los 60. Desde la Universidad, hasta el momento, no ha habido ninguna comunicación oficial sobre lo ocurido.
Entre los afectados que necesitaron ser hospitalizados se encontraba el propio rector de la Universidad de Valencias, Pedro Ruiz. Otros participantes que también resultaron intoxicados fueron Arturo Virosque, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia; Kosme de Barañano, director del IVAM; y el presidente de la Caja de Ahorros de Granada y su mujer.
Según su testimonio, nada en la comida servida el pasado viernes hacía pensar que pudiera haber algún alimento en mal estado. Así mismo, aseguraron que fue a las pocas de la ingestión cuando empezaron a sentirse mal, sin que en un principio pudieran asociarlo al menú servido en el claustro de la Universidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de octubre de 2000