La política de personal de la Consejería de Educación es, con diferencia, la que más quejas tuvo ante el Síndic de Greuges en 1999, representando el 23% del total de las protestas realizadas a las distintas administraciones por parte de los valencianos. "Destacamos cómo la ocupación pública interina o provisional y la mecánica de las bolsas de trabajo, instrumento de selección de este personal, son año con año, la principal fuente de descontento de los ciudadanos antes las malas prácticas administrativas". Entre ellas, el Síndic, Luis Fernando Saura, destaca "las enormes retenciones" practicadas por la consejería en diciembre de ese año a los profesores interinos, en un mes donde se disparan los gastos navideños. El Síndic considera que "esa actuación lesiva para los funcionarios, no se hizo con la debida atención" y advierte de que deben corregirse esas técnicas burocráticas.Tampoco comparte el hecho de que el gran porcentaje de maestros que han estado impartiendo el primer ciclo de ESO (ya que el 50% estaba implantado en colegios de Primaria por falta de institutos) no sean recatalogados como profesores de Secundaria y acusa a la Administración de abusar de la interpretación de la legislación. "La acomodación de la realidad a la norma, ajustándola en una cama de Procusto, no es una técnica admisible para la solución de conflictos". Por eso, defiende con firmeza "la equiparación de retribuciones complementarias de los maestros a los profesores de Secundaria que imparten idénticas docencias en las mismas condiciones". El Síndic no sólo señala que "es posible", sino que insta a las Cortes a elaborar "la normativa necesaria para poner fin a esa injustificada discriminación".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de octubre de 2000