Los bielorrusos no respondieron masivamente al llamamiento a la abstención que hizo la oposición y acudieron ayer a las urnas para elegir a los 110 diputados que tiene la cámara baja del Parlamento. Los enemigos del régimen de Alexandr Lukashenko niegan el carácter democrático de los comicios y sostienen que los legisladores no tienen prácticamente poderes y dependen del autoritario presidente.Lukashenko reclamó un triunfo sobrado para sus aliados en el Parlamento aunque durante toda la tarde hubo dudas sobre los datos de participación (sobre todo en Minsk, la capital). No obstante, la Comisión Electoral declaró válidas las elecciones pues en 82 de las 110 circunscripciones del país votó más del 50% de los electores. La ley electoral invalida los comicios cuando no se supera ese límite al menos en 70 circunscripciones.
Lukashenko (que prácticamente designó a dedo el Parlamento saliente después de disolver en 1996 el Legislativo dominado por la oposición) no da importancia a las críticas y no duda del triunfo de sus seguidores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de octubre de 2000