Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crítica:CLÁSICA

Emociones finlandesas

La visita de la Filarmónica de Helsinki con su director titular, Leif Segerstam (Vasa, Finlandia, 1944) nos ha deparado la ocasión de conocer, en vivo, el poema sinfónico de Jan Sibelius, Kullerva, op 7, para solistas vocales, coro y orquesta, estrenado el mismo año de su composición, 1892. Se trata de la primera y ambiciosa muestra en gran formato abordada por Sibelius y pertenece al género épico tan querido por los nacionalismos desde el romanticismo hasta el realsocialismo. Contemporánea del Werther, de Massenet; Payasos, de Leoncavallo; Mlada, de Rimski; Iolanta, de Chaikovski; Garín, de Bretón; The Magil Opal, de Albéniz, no puede negarse a la partitura sobre el Kalevala del veintisieteañero compositor, originalidad y, a la vez, entronque y sintonía con las escuelas centroeuropeas.En su casi hora y media de duración, y a través de una orquesta más transparente de lo que parece por el gusto del autor por los registros graves, Sibelius creyó encontrar una vía para expresar en sonidos el espíritu de su patria recogido de las antiguas leyendas y mitos por el escritor diletante Elías Lönnrot en 1835 y centrado en el personaje de Kullervo, "el del trágico destino". Existe una traducción del Kalevala al castellano, de Dolores Arroyo editada en Barcelona, 1953.

Orquestas del Mundo

Filarmónica y Coro Universitario de Helsinki. Directores: L. Segerstam y T. Länsiö. Solistas: J. Rusanen y E. Ruuttunen, cantantes. Obras de Sibelius. Auditorio Nacional. Madrid, 16 de octubre.

El típico juego de Sibelius, capaz de combinar intensidad lírico-dramática y moderación expresiva, campea en Kullervo a través de cinco grandes escenas que culminan en la última sobre La muerte del héroe, de tan fuertes sugerencias plásticas y combinaciones armónicas y tímbricas que parecen anticipar momentos de Alexander Nevski, de Prokofiev para el filme de Eisenstein.

Segerstam supo evidenciar la intención y la realización de la obra contando con el Coro de la Universidad Politécnica de Helsinki, cuyas voces masculinas mostraron calidad, consistencia y gran afinación, bien preparadas por Tapani Länsiö y dos solistas notables: la soprano Johanna Rusanen -voz joven, fresca y atractiva- y el bajo-barítono Esa Ruuttunen, operista y oratorista de noble línea, protagonista de la más reciente ópera finlandesa, Lutero, de Karl Thika.

Terminó el concierto -todo un mensaje nacional en los pentagramas y sus intérpretes- con Finlandia, "escena histórica" que canta el auge del país bajo el reinado de Alexandre II. En la segunda sección se alza el hímnico tema, sentido por el país, desde su explotación por Sibelius, como "segundo himno nacional", más divulgado universalmente que el primero, de Runeberg y Pacius, de 1848.

El público ovacionó la estupenda labor de la más antigua orquesta finlandesa y su bien conocido y prestigiado maestro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de octubre de 2000