Al menos cien personas han perdido la vida en los tres últimos días en los alrededores de la populosa capital económica de Nigeria, Lagos, donde jóvenes yorubas y hausas (las dos principales etnias del país) se enfrentan con palos y machetes. Las cifras, que podrían ser superiores, están confirmadas por la Cruz Roja local y numerosos testigos. Las imágenes son terribles: automóviles y autobuses calcinados, casas quemadas y destruidas, y decenas cadáveres abandonados en las calles de Alaba, Ajegunle y Apapa.El gobernador de la provincia ha decretado el toque de queda, mientras que miles de personas de la etnia hausa, mayoritaria en el norte, han empredido la huida o se han refugiado en cuarteles. Se temen represalias contra la población yoruba de los estados norteños. Aunque se ignora cómo comenzaron los incidentes el domingo, las autoridades culpan a una organización juvenil yoruba, que pretende la independencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de octubre de 2000