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El proyecto del mercado de Santa Caterina reduce el espacio de venta

Los jardines del Sepu

El proyecto definitivo del mercado de Santa Caterina, aprobado ayer inicialmente por la comisión de urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, comporta una reducción del espacio de venta. El hallazgo de restos del antiguo convento de Santa Caterina cuando se iniciaron las obras para levantar el nuevo mercado obligó a paralizar los trabajos y a replantear el proyecto del arquitecto Enrique Miralles, recientemente fallecido. Las reformas introducidas resuelven la conservación de los restos arqueológicos, que además serán visitables. La otra consecuencia es que el espacio previsto para aparcamiento se reducirá y también se perderán algunos de los puntos de venta inicialmente previstos, según reconoció ayer el presidente del Instituto de Mercados, Pere Alcober. A preguntas de la oposición de CiU y el PP, Alcober aseguró que la aportación de los comerciantes para el nuevo mercado no variará. Los cambios introducidos en el proyecto encarecen en 400 millones de pesetas el presupuesto de las obras, que inicialmente era de 2.200 millones, y el incremento responde a los trabajos para preservar los restos arqueológicos.

Alcober insistió en que lo prioritario ahora es acelerar la tramitación. El abandono en el que cayó el solar del antiguo mercado y la paralización de las obras de construcción del nuevo han repercutido negativamente en el entorno.

Muchos comercios cerraron las puertas y un grupo de argelinos se acabó instalando en varios edificios afectados por la apertura de la avenida de Francesc Cambó y en el mismo solar del antiguo mercado. Esa situación llegó a soliviantar a los vecinos de esa zona del Casc Antic, ya que se trata de un grupo de inmigrantes que cometen continuos robos y hurtos. Por ello, los responsables municipales creen que es urgente reactivar aquella zona. El inicio de las obras está previsto para primeros del año próximo y el nuevo mercado estaría acabado, según las previsiones, en 2003.

El futuro del edificio donde hasta ahora estaban los almacenes Sepu todavía no está concretado. Xavier Casas, primer teniente de alcalde, dijo ayer que podría convertirse en un hotel si el proyecto que se presente se limitara al espacio disponible y no alterara los elementos protegidos de la fachada ni afectara a los del contiguo Palau Moja. Según contestó a preguntas del grupo municipal del Partido Popular, un dictamen jurídico señala que la finca del Sepu es un "12b en su totalidad", calificación que permitiría la construcción hotelera.Casas se refirió a la iniciativa de de su socio de gobierno, IC-V, de instar a la Generalitat, que ya posee el contiguo Palau Moja, a que compre el edificio y recupere los antiguos jardines, y afirmó que están a la espera de que el propietario del Sepu, el marqués de Comillas, haga pública su propuesta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de octubre de 2000