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El estado de los raíles en el accidente de tren de Londres era "inaceptable"

Los máximos responsables de la industria del ferrocarril británica se reunieron ayer para delimitar su responsabilidad en el descarrilamiento de un tren de alta velocidad que el pasado martes, que causó cuatro muertos y más de 30 heridos y dañó de nuevo la confianza de los británicos en sus trenes. La compañía Railtrack, que supervisa la red ferroviaria, rechazó ayer la dimisión de su director ejecutivo, pero admitió que un raíl roto fue la causa más probable. Según Railtrack, el estado del raíl en el lugar del siniestro, el segundo accidente serio en un año, era "completamente inaceptable" y el raíl debería haber sido reemplazado.

La policía, mientras, espera completar hoy su investigación. "No se ha encontrado nada que pueda indicar que un acto vandálico o criminal causó el descarrilamiento", declaró un portavoz oficial. El mismo martes por la noche quedó descartada la hipótesis de un atentado terrorista, pese a las amenazas de bomba que el domingo se habían recibido en esa línea.

Por otra parte, un tren que unía las ciudades de Birmingham y Manchester descarriló ayer por la tarde, sin causar víctimas. El incidente se produjo en la salida de la estación de Stafford, en el centro de Inglaterra, según la cadena de televisión Sky News.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de octubre de 2000

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