Leo dos noticias en EL PAÍS del pasado 18 de octubre: 1. Un hombre que estranguló a su mujer hasta la muerte es condenado a dos años de prisión. La sentencia considera el hecho como un "homicidio imprudente", en el que "el acusado no tenía intención de matar a su cónyuge y actuó bajo el impulso de un ofuscamiento" (página 41, 38 líneas). 2. Una mujer que "mató a su marido en defensa propia tras aguantar reiterados malos tratos", y que mantiene a cuatro de sus ocho hijos, ha recibido una condena de 14 años por lo que se considera un "homicidio con agravante de parentesco" (páginas 1 y 3 del suplemento Madrid, 230 líneas). Preocupada, rebusco en mis estanterías la Constitución, a ver si es que ha habido alguna reforma de la que yo no me he enterado. Pero no, el artículo 14 sigue ahí intacto: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".- . .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de octubre de 2000