Es frecuente encontrar merodeando la bahía de La Concha una pequeña flota de barcos rastreando las orillas del Cantábrico. No buscan anchoas, sino algas, de las que la industria química extrae sus nutrientes, que utiliza para productos de cosmética relacionada con el rejuvenecimiento de la piel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de octubre de 2000