Gabriel Navarro Tomás, el abogado defensor de Teresa Moreno Maya, Tany, señaló ayer que, pese a la dura condena que le fue impuesta a su cliente, "volvería a plantear la misma defensa", al considerar que fue correcta. El letrado explicó que su estrategia para defender a Tany se basó en que ésta "siempre se declaró inocente", y por eso solicito al tribunal la "libre absolución". Navarro considera este dato "fundamental", porque, si se hubiera esgrimido ante el tribunal cualquier atenuante, "hubiera sido tanto como admitir que mi defendida había disparado el arma, cuando ella mantenía su inocencia".
Tampoco hizo referencia alguna a los malos tratos padecidos por la mujer porque, "igualmente, hubiera significado admitir el crimen y, además, ofrecer al tribunal un móvil" que podría servir para explicar por qué lo hizo.
Navarro reconoce que fue "determinante" la prueba de la parafina, que demostró que Tany tenía restos de pólvora en ambas manos, a pesar de habérselas lavado antes de la toma de muestras. Pero desconfía del resultado de la prueba efectuada a su marido, Vicente Molina, porque los familiares de éste "pudieron lavar el cuerpo al ser ellos quienes le trasladaron al hospital y la prueba se realizó cuando ya era cadáver". El análisis no halló restos de pólvora en las manos de la víctima.
El 14 de mayo de 1999, la sección cuarta de la Audiencia condenó a Tany a 14 años y 8 meses de prisión por homicidio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de octubre de 2000