Alrededor de un centenar de vecinos de Castellón quemaron a las puertas del Ayuntamiento recibos de la recién impuesta tasa de basuras, que obliga a cada familia a pagar cerca de 9.000 pesetas. Los manifestantes accedieron después al pleno municipal, en el que exteriorizaron su protesta poniéndose de espaldas al alcalde, José Luis Gimeno, y al equipo de gobierno del PP. Una persona fue desalojada y se escucharon abucheos cuando no se les dejó hablar. El portavoz del grupo socialista preguntó a Gimeno si reconsiderará su decisión ante las 10.000 firmas de ciudadanos recogidas en contra de la tasa. El alcalde dio por concluido el pleno sin contestar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de octubre de 2000